domingo, 16 de mayo de 2010

La galería

El arlequín caminaba por la galería
recitando frutas frescas,
tropezando baldosas sueltas
y mirando el enrejado francés del balcón
con su prominente enredadera musgosa.
Las paredes viejas,
con sus respectivos revoques caídos
amenizaban su humor
convirtiéndolo en risa incontrolable
que terminada, lo avergonzaba.
Las miradas le cruzaban el mentón,
e impactaban a sus costados
porque decidido iba:
"Llegar a mi lugar"
repetía sin cansar.
La llave, su extravío
impedían el paso.
Un reconocido hall azul
le volvía a su cabeza:
"Vives de Azul".


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